¿Qué es una emergencia?
Hay muchas maneras de definir qué es una emergencia. El Diccionario de la Real Academia Española nos dice que una emergencia es una “situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata”.
Muchos especialistas prefieren hablar de Gestión del Riesgo. Para ellos la emergencia es el resultado de una situación más compleja: “(…) el fin de un proceso, a veces muy largo, de construcción de condiciones de riesgo en la sociedad. Es la realización o concreción de las condiciones de riesgo preexistentes en la sociedad. Esta realización ocurre en el momento en que un determinado evento físico sucede y con ello muestra las condiciones de vulnerabilidad existentes, revela el riesgo latente y lo convierte en un producto, con consecuencias en términos de pérdidas y daños”.
Muchas veces, la ocurrencia de la emergencia nos marca la falla de un proceso de prevención y es por eso que hablamos de Gestión de Riesgo.
En definitiva, una emergencia es un evento adverso que impacta en el normal funcionamiento de la comunidad y que puede causarle efectos negativos.
Durante una emergencia, como consecuencia de una afectación del entorno material, queda comprometida la integridad física y, por ello, la capacidad de respuesta individual puede resultar insuficiente. Es así que, por lo general, se requiere la asistencia de diversos agentes públicos como los bomberos, el SAME, Defensa Civil, etc.
Una emergencia nos puede ocurrir a todos
Por lo general, la mayoría de nosotros pensamos que nunca vamos a vernos afectados por una emergencia extraordinaria. Alejamos de nuestra mente cualquier idea de un evento negativo y preferimos concentrarnos en las cosas buenas y positivas de la vida. . Y es lógico que esto ocurra. Nuestro esfuerzo se concentra en atender a la provisión de alimento, a las condiciones dignas de salud y educación, a la construcción de un entorno afectivo y cultural enriquecedor para nuestros hijos. Y, aunque manejamos recursos y estrategias para el cuidado y la protección de nuestras vidas y nuestros bienes frente a peligros más o menos previsibles, no tenemos respecto a los temas de la prevención una preocupación sistemática.
La mayoría de nosotros no contamos con un plan previsto para actuar si el riesgo se desata. Pero lo compensamos desde la creencia que tendremos la capacidad de reaccionar y de hacer lo indicado frente a una emergencia.
Pero: ¿REALMENTE SABEMOS QUÉ HACER? ¿Nos hemos preguntado efectivamente cómo actuar si se desata un incendio en nuestro hogar? ¿Cómo enfrento un apagón de luz prolongado? ¿Cómo sé cuando un artefacto de gas puede ser peligroso?... En la mayoría de los casos creemos que no tenemos las respuestas a estas preguntas o, al menos, tenemos respuestas parciales.
Por eso pensamos que:
· conocer
· aceptar la posibilidad de riesgo
· tener los recursos necesarios para actuar frente a una posible emergencia forma parte de una acción muy importante que, como padres, debemos realizar para PREVENIR y ACTUAR frente al riesgo.
Fuente:
Ramirez Paola
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