viernes, 6 de mayo de 2011

Mayores en el Hogar

Nuestra casa es el lugar en el que pasamos la mayor cantidad de tiempo junto con la familia. Somos responsables de las condiciones en las que allí vivimos y, según nuestros recursos y posibilidades, es muy importante maximizar su seguridad para intentar evitar o disminuir las posibilidades de peligro para todos los miembros de la familia y para la protección de nuestros bienes.  
Por ello, es importante tener en cuenta las características del grupo familia. A partir de allí surgirán muchas de las medidas que necesitaremos implementar. Por ejemplo, no son iguales los cuidados requeridos por la gente mayor que las necesidades de los más pequeños. También debemos tener en cuenta los procesos evolutivos ya que no son iguales condiciones de vulnerabilidad las de un niño de un año que las de uno de cuatro.
Lo mismo respecto a los adultos: condiciones de habitabilidad que eran adecuadas para un momento de nuestras vidas o de la vida de nuestros padres, por ejemplo, se pueden ir modificando sin que lleguemos a tener registro de esos cambios que pueden hacerse  porque presentes de manera muy paulatina (como visión, locomoción, audición, reflejos, etc.)
En cada etapa de la vida, algunos riesgos se minimizarán pero seguramente aparecerán otros.

Por eso es importante la readecuación de los espacios y de la infraestructura del hogar para cada momento del ciclo vital de la familia, así como de los mecanismos de seguridad previstos.
Al menos de manera anual deberemos revisar los procedimientos de alerta, contacto, previsión frente a una emergencia en los que cada miembro de la familia deberá jugar un rol previamente definido. 

El involucramiento y la participación activa y conciente de cada miembro de la familia, según son posibilidades es fundamental para la protección común. No es suficiente que los adultos mayores conozcan cómo actuar frente a una emergencia y tengan una previsión al respecto sino que es importante conversar con cada integrante, no para alarmar, sino educar en la prevención del riesgo y para saber cómo actuar si éste se produce.
El diálogo en familiar permitirá perfeccionar los mecanismos de detección y alerta teniendo en cuenta, además, que muchas veces el manejo general de la casa en cada momento del día recae sobre distintas personas: puede estar siempre en manos de los padres adultos o ser compartido -o inclusive delegado- en algún hermano o hermanos mayores, en un adulto mayor o en alguna persona del servicio doméstico. 
PARA QUE EL PROCESO DEL PLAN DE PREVENCIÓN EN EL HOGAR FUNCIONE CORRECTAMENTE ES NECESARIO ADECUARLO A LAS  CARACTERÍSTICAS DEL GRUPO FAMILIAR
Publicación: Graciela Cóceres, Licenciatura en Protección Civil y Emergencias. 2011

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